No es nuestra intención añadir más comentarios a las imágenes y los datos que está generando la guerra de exterminio iniciada en octubre de 2023 por el gobierno Netanyahu. A la vista de todas y todos, el carrusel de atrocidades, apenas difuminado en muchos casos, en otros manipulado sin escrúpulos para justificar el derecho a defenderse, no tiene parangón desde hace muchos años.
La última ofensiva militar en particular es tan brutal, que hasta algunos aliados inveterados de los sionistas no pueden mirar para otro lado sin expresar alguna reserva. Ya no se trata solo del reconocimiento de que el propio Imperialismo no necesita organismos como la ONU, creados para darle un barniz democrático y humanitario. Es que la condena a morir de inanición bajo las bombas de toda una fracción del pueblo palestino se ha vuelto intragable. Ya no tienen manera de seguir aplicando capas y capas de propaganda fraudulenta para tapar la masacre sin fin con objetivos étnicos, perpetrada con diferentes ritmos, que ha alcanzado el paroxismo desde hace unos días, por el Estado sionista de Israel.
El Estado de Israel es el culmen de la ideología sionista, aunque gran parte de sus habitantes no tIenen que ver con ésta. De hecho, dentro de sus fronteras existe una importante población árabe, cuya situación es de segregación. Su constitución estuvo patrocinada por Estados Unidos y la burocracia soviética. El Imperialismo consiguió con ello poner una pica en Flandes y los sionistas por su parte ejercer de gendarmes a su servicio en el Oriente Próximo y Medio, por un lado, y aplicar hasta sus últimas consecuencias su programa político de discriminación, expulsión y eliminación física de los habitantes árabes de la Palestina histórica.
La urgencia de la situación en Gaza requiere en primer lugar, y ante todo, que nos manifestemos permanentemente para imponer al Gobierno más progresista de la Historia que rompa de inmediato todo vínculo con los asesinos. Intervenir en nuestras organizaciones para que encabecen la movilización impostergable, diaria, que ayude a parar la muerte por hambre de miles y miles de palestinos y palestinas.
Sin embargo, queremos remarcar que lo que está ocurriendo forma parte de la larga cadena de abominaciones perpetradas por el -y consustanciales al- Estado sionista. La paz y la fraternidad de judíos y palestinos no tienen cabida en estados teocráticos como ese, por ello somos partidarios de un único Estado laico y democrático en todos los territorios de la Palestina histórica
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